¿En qué universidad quiere desarrollar su beca Fulbright? Para Médar Serrata —docente de la Universidad de Grand Valley, Michigan, Estados Unidos— la decisión fue el Instituto Superior Bonó. 

Y aquí está, los miércoles para ser más precisos. Este cuatrimestre dicta una asignatura sobre la novela La maravillosa vida breve de Oscar Wao, escrita por Junot Díaz. En paralelo desarrolla una investigación, indagando entre documentos del Archivo Nacional de la Nación, donde desentierra el Museo Nacional que existió entre 1928 y 1973. 

Oscar Wao. Junot Díaz. Novela. Historia dominicana. Museos. ¿A dónde apunta la inquietud de nuestro docente invitado? Literatura e historia. De la primera se enamoró en su República Dominicana natal, aquí publicó su primer poemario, exactamente en 1986. De la segunda se enamoró muchos años después, al emigrar y estudiar su maestría y doctorado, ¿en qué? Literatura, por supuesto. 

Y aunque su beca termina en diciembre de este 2022, se mantendrá vinculado a esta institución, ya que su libro, el que le mereció el Premio Anual de Ensayo Pedro Henríquez Ureña 2018, se publicará en el futuro próximo por la Editorial Universitaria Bonó. Así que conozcamos más este nuevo integrante de la familia Bonó. 

Médar Serrata, el investigador

—¿Por qué decidió realizar su beca en el Instituto Superior Bonó?

—Por dos razones. En primer lugar, tenía noticias del Bonó porque tiene reputación de ser un centro donde han enseñado algunos de los intelectuales que me interesan o han influido en mi trabajo, como el historiador Raymundo González y el profesor Pablo Mella. Y la segunda razón es, justamente, Pablo Mella, a quien conocí en una conferencia sobre estudios dominicanos en Harvard. Él generosamente me ofreció que si yo tenía interés en dar algún curso en República Dominiacana, podía contar con el Bonó. 

—¿Qué actividades tiene previstas desarrollar en República Dominicana?

—Estoy investigando en el Archivo General sobre la creación del primer Museo Nacional. Se creó en 1928 y duró hasta 1973. Reunía los museos de arqueología, historia, arte, historia natural. Era un proyecto ambicioso y fue la semilla de la que salieron todos los otros museos que tenemos hoy.

—¿Por qué se interesó en ese museo?

—La verdad es que forma parte de un proyecto más amplio: estudiar las instituciones de preservación de la memoria en República Dominicana. Es decir, el Archivo General, los monumentos y los organismos de preservación de la memoria… 

—¿Qué otros elementos abordará en su libro?

—Uno de los capítulos, por ejemplo, trata sobre el hallazgo de los restos de Colón, y el debate que eso originó entre España y República Dominicana. Mi interés no es demostrar si son o no los verdaderos restos de Colón, sino interpretar por qué eran importantes tenerlos, qué ideas se asociaban con ese descubrimiento. De hecho, salió recientemente un artículo que publiqué en una revista sobre este tema. Es un adelanto de ese capítulo.

—Dentro del Instituto Superior Bonó, ¿qué asignatura comparte con los alumnos?

—Estoy dando un curso sobre la novela La maravillosa breve vida de Oscar Wao, de Junot Díaz. Me parece que sería una buena oportunidad tanto para mí como para los alumnos. En primer lugar, en EE.UU. mis estudiantes suelen ser hablantes de español como segunda lengua. Entonces no puedo estudiar la obra de Junot porque fue escrita originalmente en inglés, y en ese curso debemos leer obras publicadas originalmente en español. Aquí, en cambio, tengo el caso curioso de que mis estudiantes son hablantes nativos de español y ellos tienen el contexto cultural para entender, porque la novela se trata de una familia dominicana que vive en Estados Unidos. Y ese contexto incluye la dictadura trujillista, y mi tesis doctoral fue sobre los escritores de la dictadura; es decir, tengo también ese background que podría enriquecer la lectura. Me refiero a escritores que estaban al servicio de la dictadura. Esa tesis la traduje al español y ganó el premio nacional de ensayo en 2018. Que es la que publicaremos en el futuro próximo en la Editorial Universitaria Bonó.

El poder, la ciudad, la música y… claro, la literatura

—Hizo sus estudios de maestría y doctorado en la Universidad de Texas, ¿con qué inquietudes intelectuales llegó a ese campus? 

—Hice mi tesis de maestría sobre Octavio Paz y el concepto de la encarnación de la poesía en la historia. Allí es donde comienza mi interés por la historia, pero con una obra como la de Paz, que no tenía una conexión con el tema del poder ni la República Dominicana. Posteriormente, en uno de los cursos que tomé sobre literatura de la diáspora africana en el Caribe, me atrajo la idea de estudiar autores dominicanos. En mi tesis de doctorado me enfoqué en los escritores de la dictadura. Yo veía una tensión, una fisura, en el discurso oficial del trujillismo. A diferencia de como se le había estudiado siempre, como un discurso homogéneo, en el que no hay contradicciones; yo vi que había escritores que estaban a favor de la identidad de la hispanidad y el indigenismo, pero otros escritores que trabajaban para el Trujillismo se desviaban de esa visión, como era el caso de Tomás Hernández Franco y Ramón Marrero Aristy. Son dos visiones antiépicas de la identidad y la historia nacionales.

—¿Cómo transmite esa inquietud por la literatura, la historia y la cultura a sus estudiantes en la Universidad de Grand Valley? 

—Me corresponde enseñar cursos de cultura y literatura latinoamericana en español. También enseño un curso en el programa de honores, en conjunto con un historiador sobre civilización y cultura latinoamericana.

—¿Hay mucho interés sobre la cultura latinoamericana en aquellos que no tienen ascendencia latina directa?

—La mayoría de mis estudiantes están haciendo el español como una doble carrera, suelen ser estudiantes de pedagogía o ciencias de la salud. Estos alumnos tienen interés en aprender la lengua, pero también de la cultura por la presencia de los latinos. El español se ha convertido en la segunda lengua, además EE.UU. es el país con más hablantes de español, solo después de México. Muchos estadounidenses han entendido las ventajas que les ofrece hablar español.

—¿En qué se suele ocupar? ¿Qué tantos autores y pensadores dominicanos incuye en sus cursos?

—He creado cursos de Literatura del Caribe Hispánico. Uno de mis primeros cursos fue sobre el sonido de la música en la literatura del Caribe, en él los estudiantes aprenden sobre la música popular: el danzón, el son, el merengue y la bachata y textos en los que están representados. Por ejemplo, La bachata del ángel caído, de Pedro Antonio Valdez, o La estrategia de Chochueca, de Rita Indiana Hernández. También he impartido cursos temáticos sobre la ciudad, la construcción del imaginario urbano. En este curso abordábamos a autores como Carlos Fuentes, Cabrera Infante, Marcio Veloz Maggiolio. Además he impartido cursos, los más recientes, sobre temas raciales y medioambientales en el Caribe.

—¿Qué autores dominicanos recomendaría a los alumnos y lectores en general?

—Empezaría por el autor al que estoy estudiando con mis alumnos del Instituto Superior Bonó, que es Junot Díaz. Creo que es una obra que los dominicanos deberían conocer. Hay otra autora domínicoamericana, me refiero a Loida Maritza Pérez, autora de una novela Geographies of Home. Una obra espectacular, es también sobre una familia de dominicanos emigrantes en Nueva York, que muestra el peso de la historia, sobre todo del pasado trujillista en las familias que forman parte de la diáspora dominicana. Es una novela muy fuerte. Resaltaría igualmente a Pedro Antonio Valdez, su Bachata del ángel caído me parece genial. Rita Indiana Hernández, de quien leí recientemente una obra difícil pero interesante, La mucama de Ominculé.